2 de febrero de 2017

Múltiple

La última película de enero no ha sido otra que Múltiple, del director M. Night Shyamalan, un hombre que lo mismo te hace una gran película, que una bastante pasable. ¿Cómo ha sido esta?...


Múltiple nos cuenta la historia de Kevin, un hombre en el que conviven nada más y nada menos que 23 personalidades distintas. Unas personalidades que están divididas en dos bandos: uno que calificaremos de "buenos" y están menos presentes (de hecho solo podemos conocer a Barry, un estilista gay).


Y el bando de los "malos", que serán llamados "La horda", compuesto por tres integrantes. Deniss, un hombre meticuloso, obsesivo compulsivo y un poco obsesionado con las chicas.


Patricia, la voz cantante, la controladora que será como la líder de esa secta llamada La horda. Una secta, por cierto, que las otras personalidades conocen y temen, es por ello por lo que habían estado ocultos durante mucho tiempo, pero que ahora han vuelto a surgir.


Y, por último, Hedwig, un niño de 9 años que al parecer tiene la habilidad de quedarse en el foco de luz. Ese foco no es más que el lugar donde se coloca una de las personalidades para mandar, por lo que Hedwig será utilizado por Patricia y Deniss para que las personalidades buenas no puedan tener el control mientras ellos no están.

En realidad es mucho más fácil de lo que parece, sobretodo porque por mucho que te cuenten varias veces que tiene 23 personalidades, lo cierto es que solo veremos a estas tres, identificadas perfectamente por la ropa y por el tono de voz. Aquí está claro que James McAvoy hace un gran papel y es indiscutible.


Pero, ¿qué es lo que quiere La horda? Como secta que es, adoran a un ser superior, uno que llegará y se alzará por encima de los demás. Exacto, la personalidad 24. Y es ahí donde entran en juego las tres chicas que compartirán protagonismo con Kevin, porque como en toda secta que se precie, tiene que haber un sacrificio.


Entre ellas destacará una, Casey, interpretada por Anya Taylor-Joy, y que será la clave para descubrirlo todo. Sobretodo porque a ella van unidos unos flashbacks sobre su infancia y eso hará que tengamos que relacionar cómo ha actuado Kevin frente a unos sucesos y cómo los ha afrontado Casey.


Pero, ojo, la película es mucho más trascendente de lo que podríamos imaginar, y todo ello se descubrirá justo al final. De la mano de la doctora Fletcher (Betty Buckley), la psicóloga de Kevin, vamos recibiendo pequeños retazos de un mundo distinto, un mundo en el que la mente puede influir sobre el cuerpo y crear auténticos héroes... o auténticos villanos.

La película al principio, justo antes del final, me dejó una sensación un poco fría, como se haber visto algo sobre un tipo que secuestra unas chicas, quizás algo sobrenatural, pero nada más. Pero es la escena final, que no voy a contar, por supuesto, pero es esa escena que te cambia los esquemas, que lo entiendes todo, que te deja inmerso en un mundo ya conocido y todo conecta.

Eso no quiere decir que sea una obra maestra, tiene muchos fallos, algunos agujeros de guión que se podrían haber solucionado mejor. Por ejemplo, a la mitad de la película te cuentan que si le dices el nombre completo al protagonista este vuelve a su ser y las personalidades desaparecen. Pues bien, sabiendo esa información, realmente no sé por qué no lo utilizan antes.

Algunas interpretaciones de las chicas no están muy allá y los efectos especiales a veces chirrían bastante, por decir que incluso se puede apreciar la herida de latex por encima. Ahí me parece que ha habido aspectos no muy cuidados, pero al final la valoración es buena.

7/10

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